El tratamiento de la obesidad depende del tipo y generalmente consiste en cambiar los hábitos alimentarios, estilo de vida y ayuda psicológica

La obesidad es una enfermedad crónica que requiere tratamiento permanente bien dirigido y con cambios en el estilo de vida, algunas terapias alternativas, como el ejercicio físico y en algunos casos el uso de medicamentos.

El tratamiento también debe ser determinado por el tipo de obesidad que se padezca, que puede ser leve, moderada o severa o grave.

La obesidad leve, es la que presenta un exceso de peso, que va desde el 20% a 40%, sobre lo que se considera “ideal” y su tratamiento puede llevarse a cabo mediante la ayuda de un nutriólogo y solamente estableciendo una dieta adecuada y un programa de ejercicios físicos.

La obesidad moderada, es la que presenta un aumento de peso que oscila entre 40% a 100% respecto al peso normal y generalmente además de la dieta y el programa de ejercicios, requiere de algún medicamento inhibidor del apetito. En estos casos, la ayuda de un psiquiatra también puede ser de gran ayuda.

La obesidad grave, es la que presenta un peso superior al 100% del peso normal y el tratamiento lo debe definir el médico, ya que requiere de dietas y ejercicios especiales, ayuda psicológica y sólo en raras ocasiones o problemas muy severos se recomiendan las cirugías para reducir el tamaño del estómago o extirpar alguna parte del intestino delgado.

Ahora existen fármacos muy eficaces y seguros, pero siempre tienen que utilizarse con la vigilancia médica para evitar efectos secundarios. Sirven para inhibir el apetito o reducir el deseo de consumir algunos alimentos ricos en carbohidratos.

La mayoría de los fármacos conocidos como anorexígenos tienen efectos secundarios como: palpitaciones, dolores de cabeza, cambios de estado de ánimo, insomnio, boca reseca, diarrea, estreñimiento, comezón, hipertensión arterial y ronchas, entre otros, por ello deben ser administrados y controlados por un médico especialista y no deben consumirse durante muchas semanas.